lunes, 28 de septiembre de 2015




EPISTEMOLOGÍA:  MARCO HISTÓRICO-FILOSÓFICO
(Parte II)




Con Bacon se inició la nueva era de la ciencia moderna, a partir de la crítica a fondo de las verdades reveladas y definitivas de la etapa medieval basadas en los "criterios" de la tradición y la autoridad, conjuntamente con el aporte de nuevas pautas para la articulación del método científico, incluyéndose el primer grupo de reglas de lógica inductiva formuladas. Esta línea es reforzada por Locke, a través de su crítica al dogma extremo-racionalista del acceso al conocimiento por vía intuitiva y su propuesta argumental de que  todo conocimiento proviene de la experiencia tanto interna (cuando la mente refleja sus propias actividades) como externa  reconociendo la posibilidad de errores de los sentidos y rechazando, por ello, todo conocimiento absoluto del mundo físico.
Al igual que Locke, Berkeley sostiene  que el conocimiento se sustenta en ideas, aun cuando rechazó su creencia en la distinción ideas-objetos. A diferencia de Berkeley, David Hume no aceptó que el conocimiento consistía tan sólo en ideas  y estableció dos formas del mismo: el que se encuentra en las matemáticas y la lógica, exacto y certero pero no informativo sobre el mundo y el de la realidad originado en la percepción. Aporte trascendental y revolucionario para la ciencia y la epistemología, es su propuesta sobre la sustentación del conocimiento en la relación causa-efecto, excluyendo con esto a las leyes de la ciencia dentro del conjunto de las verdades definitivas y absolutas.
Las ideas de Locke y Hume, generaron una crisis que se vio expresada en la dicotomía racionalismo-empirismo, ante la cual Inmanuel Kant propuso una solución en la que combinaba elementos del racionalismo con algunas tesis procedentes del empirismo, coincidiendo con el racionalismo en las posibilidades del conocimiento exacto y certero y con los empiristas al mantener que dicho conocimiento es más informativo sobre la estructura del pensamiento que sobre el mundo que se halla al margen del mismo. En ese sentido distingue tres tipos de conocimiento: analítico a priori, exacto y certero pero no informativos; sintético a posteriori, que transmite información sobre el mundo aprendido a partir de la experiencia y sujeto a los errores de los sentidos y sintético a priori, que se alcanza intuitivamente, siendo exacto y certero debido a que expresa las condiciones necesarias que la mente impone a todos los objetos de la experiencia. Este aporte abre un debate aun no resuelto sobre la existencia o no de ese conocimiento sintético a priori.
Durante el siglo XIX, George Wilhelm Friedrich Hegel se alinea en la afirmación racionalista de que el conocimiento certero de la realidad puede alcanzarse con carácter absoluto en una equiparación del pensamiento, de la naturaleza y de la historia, generando un interés significativo por la historia y el enfoque histórico del conocimiento realzado posteriormente por Herbert Spencer en Gran Bretaña y la escuela alemana del historicismo. Junto con Auguste Comte, Spencer enfatiza la importancia de la sociología como una rama del conocimiento, aplicando los principios del empirismo al estudio de la sociedad.
El empirismo se extiende a través de una variante en la cual se propone que el conocimiento es un instrumento de acción y que todas las creencias tenían que ser juzgadas por su utilidad como reglas para predecir las experiencias. Esta variante es el pragmatismo norteamericano representado por filósofos como Charles Sanders Pierce, William James y John Dewey a principios del siglo XX. Paralelamente a este hecho, en el ámbito mundial se lleva a cabo una discusión a fondo de los problemas epistemológicos, comenzando a dividir sutilmente a las distintas escuelas de pensamiento, prestándose especial atención a la relación acto de percibir-objeto percibido de una forma directa-lo que se puede decir que se conoce como resultado de la propia percepción.
De ello surge que: 1) los representantes de la fenomenología sostienen que los objetos de conocimiento son los mismos que los objetos percibidos; 2) los neo-realistas afirman que se  tienen percepciones directas de los objetos físicos o partes de los objetos físicos en vez de los estados mentales personales de cada uno; 3) los realistas críticos mantienen que aunque se perciben sólo datos sensoriales, como los colores y los sonidos, éstos representan objetos físicos sobre los cuales aportan conocimiento.






Edmund Husserl desarrolla un método para enfrentarse al problema de clarificar la relación entre el acto de conocer y el objeto conocido, diseñando de esa manera una forma de accionar a la que denominó fenomenología, por medio de la cual se puede distinguir cómo son las cosas a partir de cómo uno piensa que son en realidad, a los fines de llegar a una comprensión más precisa de las bases conceptuales del conocimiento.
La Escuela de Frankfurt constituye otro de los avances significativos en el desarrollo histórico de la epistemología en el sentido de que se propone como una teoría crítica de la sociedad, a partir de las ideas de Marx y a partir de dos ejes críticos básicos: 1) la reducción formal de la libertad y la igualdad, según las enseñanzas del materialismo histórico y 2) su oposición a la masificación degradante del hombre (Del Palacio, 2005).
A partir de las ideas de Ludwig Wittgenstein,  en el segundo cuarto del siglo XX surgieron dos propuestas: el empirismo o positivismo lógico, originado en Viena (Círculo de Viena), luego extendido por el mundo y el análisis lingüístico. La primera propugna que todo conocimiento provienen de los datos de los sentidos puestos en contacto con la realidad (Padrón,  2007), requiriéndose, por tanto, establecer una clara distinción entre enunciados analíticos y sintéticos; la segunda, aborda el modo real en que se usan los términos epistemológicos claves, entre los cuales se cuentan los de conocimiento, percepción y probabilidad,  y formular reglas definitivas para su uso con objeto de evitar confusiones verbales.
Aun cuando la evolución de la Epistemología ha tenido en el paradigma cartesiano-newtoniano uno de los principales ejes protagónicos,  se ha demostrado la insuficiencia de este paradigma para la comprensión y análisis de la compleja realidad en la cual se encuentra el conocimiento científico, pues no valoraron "los nexos de interdependencia que tienen los elementos constituyentes de una entidad  y los nexos de diferentes realidades" (Martínez, 1999, p. 113).
En ese sentido, en la actualidad se propugna lo que se denominaría un paradigma emergente, denominado y basado en la complejidad, con una visión transdisciplinar desde la cual, afirma Aguado (2001), se desprenden las siguientes cuestiones de indudable valor para la filosofía de la ciencia: "el problema de las relaciones sujeto-objeto y sujeto-sujeto (en definitiva, el problema esencialmente cognitivo de la relación sujeto-mundo), la cuestión de la autonomía organizacional y el debate sobre determinismo y linealidad, etc." (p. 8).
Como pensamiento complejo la Epistemología “busca ampliar el horizonte de la comprensión de la realidad sin agotarlo, pues el ser humano sólo puede percibir aspectos de la realidad” (Bernal, 2006, p. 34). En ese sentido, debe asumir al conocimiento científico como inacabado y autocorrectivo, más allá del aparato conceptual clásico de la ciencia (objetividad, determinismo, experiencia sensible y cuantificación aleatoria de las medidas, entre otras categorías) (Martínez, 1999).
Ello le permite a la Epistemología constituirse en un concepto complejo y crítico, cuya reflexión acerca de la ciencia va más allá de los componentes lógicos, filosóficos y metodológicos, insertándose en los diferentes contextos y realidades en los cuales se da  la  producción del conocimiento científico, ubicándose en la reafirmación de lo  singular y lo concreto, sin desunir; mezclando en un movimiento dialógico donde interactúan el orden, el desorden, la organización, el contexto y la incertidumbre, sin dar como verdad la particular organización de un conjunto determinado (Andrade, 2002).



Referencias bibliográficas 


Aguado, J.  (2001). Fundamentos epistemológicos del Paradigma de la Complejiad: Información, Comunicación y Auto-organización. Barcelona, España: Cairos. 

Andrade, R. y Otros (2002). El paradigma de lo complejo. Cinta de Moebio nº 14. [En línea]. Disponible en: https://investigacionubv.files.wordpress.com/2012/03/paradigma-complejo.pdf

Gutiérrez, R.  Introducción a la filosofía. Barcelona, España: Esfinge.

Martínez, M. (1999). El Paradigma Emergente. México: Trillas.

Del Palacio, A. (2005). La  escuela de Frankfurt: el destino trágico de la razón. [En línea]. Disponible en: http://www.uam.mx/difusion/revista/abr2005/palacio.pdf

Padrón J. (2007). Tendencias epistemológicas de la investigación científica en el siglo XXI. Cinta de Moebio. Revista de Epistemología de Ciencias Sociales, nº 53[En línea]. Disponible en: http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/moebio/index.html

Rivadulla, A. (2005). Filosofía de la Ciencia. Santiago de Chile: Fontamara. 

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