miércoles, 31 de agosto de 2016

CATEGORIZACIÓN Y TRIANGULACIÓN COMO PROCESOS
DE VALIDACIÓN DEL CONOCIMIENTO EN INVESTIGACIÓN
CUALITATIVA (I)

Francisco Cisterna Cabrera


RESUMEN

Las conclusiones estamentales nos permiten conocer la opinión de los diferentes sectores de población en relación con los principales tópicos de una investigación, y desde esa perspectiva representan información fundamental para validar epistemológicamente la acción del investigador que sostiene su acción en una racionalidad hermenéutica, expresada operacionalmente en los llamados “métodos cualitativos”. En este trabajo se proponen criterios para la elaboración de tipologías que permitan recopilar organizadamente la información de campo, mediante la construcción de categorías apriorísticas, procedimientos para analizar la información obtenida a partir de una acción de triangulación ascendente y dialéctica, y criterios para interpretar la información, con la finalidad de proporcionar una herramienta oportuna a quienes trabajan en educación bajo esta perspectiva paradigmática.
PALABRAS CLAVES: Hermenéutica, investigación, educación, categorización, triangulación.

1. LA RACIONALIDAD HERMENÉUTICA EN LA INVESTIGACIÓN EDUCACIONAL

Habermas desde la década de 1960 establece que los diseños científicos y, por tanto, los modos de hacer ciencia no son política  ni ideológicamente neutrales. Existiría, en su opinión, una clara relación entre “conocimiento e interés” que guía el trabajo humano. En este sentido, Habermas distingue entre el interés técnico, el interés práctico y el interés emancipatorio (Habermas, 1986). Cada uno de estos tipos de interés se expresa en tipos determinados de paradigmas y éstos, a su vez, en determinadas metodologías investigativas.

Así, el interés técnico da origen al paradigma neo-positivista que se expresa en las ciencias empírico-analíticas, de naturaleza esencialmente cuantitativa; el interés práctico da origen a las ciencias histórico hermenéuticas, de naturaleza cualitativa, y el interés emancipatorio da origen a las ciencias socio- críticas, que metodológicamente utilizan herramientas y procedimientos cualitativos, aunque también complementan sus resultados dialécticamente con datos cuantitativos.

Los postulados de Habermas y su posterior profundización en el campo de la educación por otros autores (Grundy, 1986) se han visto cada vez más desarrollados en los últimos años, lo que ha significado socializar y masificar los estudios metodológicos cualitativos, particularmente en el campo de las ciencias sociales. Ello ha implicado, entre otras cosas, la legitimación de una racionalidad distinta, la racionalidad hermenéutica.

Investigar desde una racionalidad hermenéutica significa una forma de abordar, estudiar, entender, analizar y construir conocimiento a partir de procesos de interpretación, donde la validez y confiabilidad del conocimiento descansa en última instancia en el rigor del investigador. Así, la pretendida objetividad positivista fundada en la separación entre investigador y objeto de investigación desaparece, y se asume la cuestión de la construcción del conocimiento como un proceso subjetivo e intersubjetivo, en tanto es el sujeto quien construye el diseño de investigación, recopila la información, la organiza y le da sentido, tanto desde sus estructuras conceptuales previas, como desde aquellos hallazgos que surgen de la propia investigación, la que luego se colectiviza y discute en la comunidad académica.

El eje conductor del acto hermenéutico es el uso del lenguaje, entendido en su doble acepción dialéctica, que lo concibe, por una parte, como la vía a través de la cual socialmente construimos la realidad desde procesos sostenidos en relaciones intersubjetivas, que configuran el dominio lingüístico y semántico que hace posible las acciones de entendimiento humano; y por otra, como medio de circulación de dicha construcción, es decir, como el acto comunicacional propiamente tal, el que a su vez, en el decir de Echeverría, “se verá asociado a los actos de expresar, de explicar, de traducir y, por lo tanto, de hacer comprensible el sentido que algo tiene para otro..., y en donde la hermenéutica como fenómeno de comunicación se constituye en la fusión de dos horizontes de sentido: aquel horizonte de entendimiento del intérprete y el horizonte del cual es portador el texto” (Echeverría, 1993).

Es a este proceso de construcción de conocimiento reconocidamente subjetivo e intersubjetivo al que se ha pretendido dar validez y confiabilidad epistemológica, esfuerzo que ineludiblemente debemos asumir todos aquellos que trabajamos desde esta racionalidad.


2. LA CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO DE INVESTIGACIÓN CUALITATIVA

Un modelo de estructuración operacional de una investigación cualitativa implica un diseño que se articula en un conjunto de capítulos o secciones que en su totalidad deben dar cuenta de modo coherente, secuencial e integrador, de todo el proceso investigativo. De la misma forma, el informe de investigación expresa la presentación de dicho proceso en términos formales (Pérez Serrano, 1998).



En la tabla 1 se muestra una propuesta de estructura de investigación, con los elementos que integran cada sección, así como su función dentro del proceso investigativo y del informe de investigación.


Sección
Elementos integrantes
Funciones esenciales
Planteamiento
problemático
–Enunciación del campo temático en que se investiga; definición del objeto de estudio y planteamiento del problema; entrega de los antecedentes
claves para contextualizar el problema que se investiga;
enunciación de las preguntas de investigación; formulación de los objetivos; definición de premisas, supuestos o ejes temáticos  que orientan la investigación.
Comunicar sobre el objeto de estudio, el problema concreto que se aborda, las finalidades y los ejes orientadores de la investigación
Marco teórico
–Revisión bibliográfica; discusión teórica.
Informar una revisión reflexiva y discutida de la literatura especializada, actualizada y pertinente al ámbito temático de la investigación.
Diseño
metodológico
–Declaración acerca del tipo de investigación que se realiza; declaración de la unidad de estudio y de los actores o sujetos que se estudian, con su correspondiente agrupación en estamentos (si correspondiera);
definición de los instrumentos que se utilizan para recoger la información y definición conceptual y operacional de las categorías y subcategorías apriorísticas; declaración de los procedimientos centrales que guían el proceso de análisis de la información.
Dar cuenta de forma precisa,
del aparato metodológico
que sustenta el trabajo
investigativo y le otorga validez epistemológica.
–Presentación de resultados por cada instrumento
en cada estamento; triangulación de la información.
–Presentación de resultados por cada instrumento en cada estamento; triangulación de la información.
Informar de modo organizado y coherente de los resultados de la investigación a partir del procedimiento de triangulación hermenéutica.
Discusión de resultados
–Interpretación de la información y construcción
de las tesis propiamente tales que surgen desde la investigación.
Construir conocimiento.
Conclusiones
–Síntesis de la investigación; enunciación de las nuevas aperturas problemáticas que han surgido a partir del proceso investigativo que se ha realizado.
Sintetizar el trabajo realizado
y recapitular en torno a las interrogantes de la investigación.


La racionalidad interpretativa, expresada en los modelos cualitativos, es abierta, y por sobre todo dialéctica, lo que implica que los procesos de investigación cualitativa no incluirían, en un estricto rigor epistemológico, la formulación de hipótesis, pues éstas surgen de una concepción neo-positivista como respuestas anticipadas a las preguntas de la investigación, condicionando un modelo cerrado en que todo el accionar del investigador gira en torno a la contrastación de dichas hipótesis.

Desde esta perspectiva, y como una forma de estructurar el diseño investigativo, surge como propuesta heurística el uso de instrumentos conceptuales denominados “premisas”, supuestos” y “ejes temáticos”. Las premisas corresponden a afirmaciones sostenidas sobre la base de información pre-existente acerca del problema de estudio, y que por su contundencia no necesitan su verificación, lo que les permite aportar de modo referencial en la investigación (por ejemplo, la relación que existe entre el origen socio-económico de los estudiantes y sus posibilidades de acceso a los bienes educativos en una sociedad neoliberal como la chilena); los supuestos también constituyen afirmaciones previas, pero que no cuentan con el mismo peso referencial de las premisas y, por ello, sólo pueden ser tomadas como antecedentes relativos para la investigación (por ejemplo, la relación entre el perfeccionamiento y la calidad de la docencia de un profesor, situación tan poco previsible, donde sólo se puede suponer de buena fe que quienes asisten a procesos de reciclamiento profesional tendrían que traspasar esa optimización personal a su trabajo de aula) y; los ejes temáticos no constituyen afirmaciones, sino líneas orientadoras para guiar al investigador allí donde no hay antecedentes de investigaciones previas (por ejemplo, estudios que se puedan realizar en temáticas tan poco conocidas como el rescate de una lengua nativa mediante la utilización de las TIC).
































































































































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