CATEGORIZACIÓN Y TRIANGULACIÓN COMO PROCESOS
DE VALIDACIÓN DEL CONOCIMIENTO EN INVESTIGACIÓN
CUALITATIVA (I)
Francisco Cisterna Cabrera
RESUMEN
Las conclusiones estamentales nos permiten conocer la opinión de
los diferentes sectores de población en relación con los principales tópicos de
una investigación, y desde esa perspectiva representan información fundamental para
validar epistemológicamente la acción del investigador que sostiene su acción
en una racionalidad hermenéutica, expresada operacionalmente en los llamados “métodos
cualitativos”. En este trabajo se proponen criterios para la elaboración de
tipologías que permitan recopilar organizadamente la información de campo,
mediante la construcción de categorías apriorísticas, procedimientos para
analizar la información obtenida a partir de una acción de triangulación
ascendente y dialéctica, y criterios para interpretar la información, con la
finalidad de proporcionar una herramienta oportuna a quienes trabajan en
educación bajo esta perspectiva paradigmática.
PALABRAS CLAVES: Hermenéutica,
investigación, educación, categorización, triangulación.
1.
LA RACIONALIDAD HERMENÉUTICA EN LA INVESTIGACIÓN EDUCACIONAL
Habermas desde la década de 1960 establece que los diseños
científicos y, por tanto, los modos de hacer ciencia no son política ni ideológicamente neutrales. Existiría, en su
opinión, una clara relación entre “conocimiento e interés” que guía el trabajo
humano. En este sentido, Habermas distingue entre el interés técnico, el
interés práctico y el interés emancipatorio (Habermas, 1986). Cada uno de estos
tipos de interés se expresa en tipos determinados de paradigmas y éstos, a su
vez, en determinadas metodologías investigativas.
Así, el interés técnico da origen al paradigma neo-positivista
que se expresa en las ciencias empírico-analíticas, de naturaleza esencialmente
cuantitativa; el interés práctico da origen a las ciencias histórico
hermenéuticas, de naturaleza cualitativa, y el interés emancipatorio da origen
a las ciencias socio- críticas, que metodológicamente utilizan herramientas y
procedimientos cualitativos, aunque también complementan sus resultados dialécticamente
con datos cuantitativos.
Los postulados de Habermas y su posterior profundización en el
campo de la educación por otros autores (Grundy, 1986) se han visto cada vez más
desarrollados en los últimos años, lo que ha significado socializar y masificar
los estudios metodológicos cualitativos, particularmente en el campo de las
ciencias sociales. Ello ha implicado, entre otras cosas, la legitimación de una
racionalidad distinta, la racionalidad hermenéutica.
Investigar desde una racionalidad hermenéutica significa una
forma de abordar, estudiar, entender, analizar y construir conocimiento a
partir de procesos de interpretación, donde la validez y confiabilidad del
conocimiento descansa en última instancia en el rigor del investigador. Así, la
pretendida objetividad positivista fundada en la separación entre investigador
y objeto de investigación desaparece, y se asume la cuestión de la construcción
del conocimiento como un proceso subjetivo e intersubjetivo, en tanto es el
sujeto quien construye el diseño de investigación, recopila la información, la
organiza y le da sentido, tanto desde sus estructuras conceptuales previas,
como desde aquellos hallazgos que surgen de la propia investigación, la que luego
se colectiviza y discute en la comunidad académica.
El eje conductor del acto hermenéutico es el uso del lenguaje,
entendido en su doble acepción dialéctica, que lo concibe, por una parte, como
la vía a través de la cual socialmente construimos la realidad desde procesos
sostenidos en relaciones intersubjetivas, que configuran el dominio lingüístico
y semántico que hace posible las acciones de entendimiento humano; y por otra,
como medio de circulación de dicha construcción, es decir, como el acto
comunicacional propiamente tal, el que a su vez, en el decir de Echeverría, “se
verá asociado a los actos de expresar, de explicar, de traducir y, por lo
tanto, de hacer comprensible el sentido que algo tiene para otro..., y en donde
la hermenéutica como fenómeno de comunicación se constituye en la fusión de dos
horizontes de sentido: aquel horizonte de entendimiento del intérprete y el
horizonte del cual es portador el texto” (Echeverría, 1993).
Es a este proceso de construcción de conocimiento reconocidamente
subjetivo e intersubjetivo al que se ha pretendido dar validez y confiabilidad
epistemológica, esfuerzo que ineludiblemente debemos asumir todos aquellos que
trabajamos desde esta racionalidad.
2.
LA CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO DE INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
Un modelo de estructuración operacional de una investigación
cualitativa implica un diseño que se articula en un conjunto de capítulos o
secciones que en su totalidad deben dar cuenta de modo coherente, secuencial e integrador,
de todo el proceso investigativo. De la misma forma, el informe de investigación
expresa la presentación de dicho proceso en términos formales (Pérez Serrano, 1998).
En la tabla 1 se muestra una propuesta de estructura de investigación,
con los elementos que integran cada sección, así como su función dentro del
proceso investigativo y del informe de investigación.
Sección
|
Elementos integrantes
|
Funciones esenciales
|
Planteamiento
problemático
|
–Enunciación del campo temático en que se
investiga; definición del objeto de estudio y planteamiento del problema;
entrega de los antecedentes
claves para contextualizar el problema que
se investiga;
enunciación de las preguntas de
investigación; formulación de los objetivos; definición de premisas,
supuestos o ejes temáticos que
orientan la investigación.
|
Comunicar sobre el objeto de estudio, el problema
concreto que se aborda, las finalidades y los ejes orientadores de la
investigación
|
Marco teórico
|
–Revisión bibliográfica; discusión teórica.
|
Informar una revisión reflexiva y discutida
de la literatura especializada, actualizada y pertinente al ámbito temático
de la investigación.
|
Diseño
metodológico
|
–Declaración acerca del tipo de
investigación que se realiza; declaración de la unidad de estudio y de los
actores o sujetos que se estudian, con su correspondiente agrupación en
estamentos (si correspondiera);
definición de los instrumentos que se
utilizan para recoger la información y definición conceptual y operacional de
las categorías y subcategorías apriorísticas; declaración de los
procedimientos centrales que guían el proceso de análisis de la información.
|
Dar cuenta de forma precisa,
del aparato metodológico
que sustenta el trabajo
investigativo y le otorga validez epistemológica.
|
–Presentación de resultados por cada
instrumento
en cada estamento; triangulación de la
información.
|
–Presentación de resultados por cada
instrumento en cada estamento; triangulación de la información.
|
Informar de modo organizado y coherente de
los resultados de la investigación a partir del procedimiento de
triangulación hermenéutica.
|
Discusión de resultados
|
–Interpretación de la información y
construcción
de las tesis propiamente tales que surgen
desde la investigación.
|
Construir conocimiento.
|
Conclusiones
|
–Síntesis de la investigación; enunciación
de las nuevas aperturas problemáticas que han surgido a partir del proceso
investigativo que se ha realizado.
|
Sintetizar el trabajo realizado
y recapitular en torno a las interrogantes
de la investigación.
|
La racionalidad interpretativa, expresada en los modelos
cualitativos, es abierta, y por sobre todo dialéctica, lo que implica que los procesos
de investigación cualitativa no incluirían, en un estricto rigor
epistemológico, la formulación de hipótesis, pues éstas surgen de una
concepción neo-positivista como respuestas anticipadas a las preguntas de la
investigación, condicionando un modelo cerrado en que todo el accionar del
investigador gira en torno a la contrastación de dichas hipótesis.
Desde esta perspectiva, y como una forma de estructurar el
diseño investigativo, surge como propuesta heurística el uso de instrumentos
conceptuales denominados “premisas”, supuestos” y “ejes temáticos”. Las premisas corresponden a afirmaciones sostenidas sobre la
base de información pre-existente acerca del problema de estudio, y que por su
contundencia no necesitan su verificación, lo que les permite aportar de modo referencial
en la investigación (por ejemplo, la relación que existe entre el origen socio-económico
de los estudiantes y sus posibilidades de acceso a los bienes educativos en una
sociedad neoliberal como la chilena); los supuestos también constituyen afirmaciones
previas, pero que no cuentan con el mismo peso referencial de las premisas y,
por ello, sólo pueden ser tomadas como antecedentes relativos para la
investigación (por ejemplo, la relación entre el perfeccionamiento y la calidad
de la docencia de un profesor, situación tan poco previsible, donde sólo se
puede suponer de buena fe que quienes asisten a procesos de reciclamiento profesional
tendrían que traspasar esa optimización personal a su trabajo de aula) y; los ejes
temáticos no constituyen afirmaciones, sino líneas orientadoras para guiar al investigador
allí donde no hay antecedentes de investigaciones previas (por ejemplo,
estudios que se puedan realizar en temáticas tan poco conocidas como el rescate
de una lengua nativa mediante la utilización de las TIC).